Cuando visito alguna ciudad mis ojos me llevan al lugar donde reposan las gárgolas, están quietas, vigilantes, acechando y esperando que llegue su momento.
Cuando llega la noche y la oscuridad cubre con su manto la ciudad, ellas siguen allí en su lugar esperando la llamada para ponerse todas en movimiento….
No las miréis en una noche de niebla porque seguramente cambiaran de postura para acomodarse y no perdonarán ser vistas.
Cuando llega la noche y la oscuridad cubre con su manto la ciudad, ellas siguen allí en su lugar esperando la llamada para ponerse todas en movimiento….
No las miréis en una noche de niebla porque seguramente cambiaran de postura para acomodarse y no perdonarán ser vistas.
Corre una leyenda sobre las gárgolas de la Catedral de Notre-Dame, no aparece en los libros de Historia, pero ha sobrevivido de generación en generación gracias a las voces del pueblo, que la recuerdan cada treinta de mayo desde el año 1431.Aquel día, en la plaza del Mercado Viejo de Ruán llevaron a la hoguera a Juana de Arco, una muchacha que decía haber oído la voz de Dios y estar destinada a salvar a Francia del saqueo de los ingleses. Ocurrió durante la Guerra de los Cien Años y, fuese verdad o mentira que había oído a Dios lo cierto es que Juana comandó un ejército en el sitio de Orleans y ganó para los franceses una de las batallas más decisivas de la guerra. Y, a pesar de haberse convertido en una heroína nacional Juana de Arco fue condenada a morir en la hoguera por herejía.
Cuenta la leyenda que aquel día hubo tal exhibición de fanatismo, que las gárgolas despertaron de su sueño de años y arrasaron la ciudad por la noche. Desde las cornisas de la catedral, los monstruos alados y cornudos contemplaron el escalofriante espectáculo de la muerte de una inocente y decidieron vengarla.Y se dice que a la mañana siguiente aparecieron por las calles de Ruán los cadáveres de cientos de personas, y que todos ellos habían asistido al suplico de Juana de Arco en la Plaza del Mercado, y que todos habían disfrutado viendo cómo se quemaba.
(esta última garloga lleva las iniciales de mi familia........ufff)Es esta ocasión las gárgolas defendieron a una mortal inocente, pero no confiéis demasiado cualquier día abren sus fríos ojos y nos llevan al lugar donde su corazón de piedra descansa.
Es bueno saber que defienden a los inocentes... pero uff, Aguabella, miedo me dan igualmente... imponen muchísimo.
ResponderEliminarUn besito guapa (perdona que venga muy de vez en cuando, pero estoy liadísima de curro)
FAIR LADY
ResponderEliminarTienen un aspecto terrorifico, la gargola del fotografo que he puesto, está en la Catedral de Palencia y también tiene su propia historia, me la contarón cuando estuve allí.
No te apures, yo también estoy liadisima y casi no tengo tiempo para nada.
Besitos
hola aguabella
ResponderEliminaruff que miedito que me dan esas imagenes , son muy imponentes, besitos y buen miercoles
Eso que defienden a los inocentes habría que verlo con lo horribles que son, jeje...Prefiero defenderme sólo !! :)
ResponderEliminarUn beso.
SILVIA
ResponderEliminarTienen un aspecto muy tenebroso, podían poner angeles verdad?
por las noches su aspecto es aún peor.
Un besito reina
THOT
ResponderEliminarjajaja, eso dice la leyenda que defendieron a una inocente, pero yo por si acaso no las miro mucho....
un beso
Agua...bella niña!! a mi me encantan, las miras y se percibe ese frio de la piedra.
ResponderEliminarNo conocía esa historia me ha parecido interesante, animate y cuentanos la de Palencia.
Besitos
LEZ
LEZNARI
ResponderEliminarMe tienes enganchada con tu historia!!!
A mi me dan repelussss las gargolas siempre con sus ojos frios acechando ... jajaja
como nos gusta pasar miedo.
Ya comentaré lo de Palencia pero es poca cosilla.
Besitos
Son horribles,y tienen muy mala fama,no sabia que defendian a los inocentes.
ResponderEliminarBesitos
Tengo entendido que estas figuras decorativas de las catedrales y edificios antiguos medievales fueron puestas como desagues de aguas lluvia para evitar la erosión de las construcciones y también como una figura contra los males.
ResponderEliminarMe gustan son siniestras, pero interesantes.
Buen tema y un besito Aguabella.
aguabella te pregunto a vos que debes saber.
ResponderEliminarporque pusieron gargolas en las iglesias en vez de angeles?
Me gustó esto que escribiste, Notre-Dame, es lo más bonio que jamás he visto, me impactó tenerla frente a mi, y entrar en ella fue algo inexplicable, es una belleza sin igual, un beso
ResponderEliminarson geniales esas gargolas... muy buen post! =)
ResponderEliminarGATADEANGORA
ResponderEliminarEl aspecto de las gargolas es feo,comenzaron sobre la edad Media y parece que los escultores no tenian buenos modelos!!
Besitos
TORK
ResponderEliminarEstas en lo cierto, a las primeras gargolas se las llamaba grifos, su misión era evacuar el agua para evitar la corrosión de los edificios, luego quedarón como figuras decorativas tienen un aspecto muy siniestro.
Un besito
LUCAS IGNACIO
ResponderEliminarEsta pregunta me la he hecho yo tambien, un angel estaria mejor en la fachada de una catedral que una gargola de estas tan fea verdad?
Te cuento:
Algunos historiadores decian que las gargolas representaban las almas de los pecadores, es por eso que su aspecto es tan feo porque el pecado tambien es feo.
Un besito
SENDIEVA
ResponderEliminarLo primero de todo es darte la bien venida a este blog donde espero te encuentres agusto.
Que suerte conocer Notre-Dame, me imagino dentro con ese olor especial de las Catedrales, tocar la piedra de sus paredes, todo me atrae enormemente.
Viste la gárgola de la leyenda?
Espero verte de nuevo por aqui, luego paso a visitarte.
Un besito
FRANCO
ResponderEliminarme alegra que te haya gustado el tema de las garolas, seguro pondré otros post porque queda muchisimo por conocer.
Un besito
Siempre admirando tu blog.
ResponderEliminarBesos y muy buen día.
Shanty
Esta entrada me ha gustado especialmente, pues me encantan las gárgolas y me pasa como a ti, mi mirada siempre las busca en edificios del pasado.
ResponderEliminarMejor ser sus amigos y no provocarlas como dices.
Un beso muy fuerte y gracias por compartir tantas leyendas. Me fascinan.